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martes, 18 de agosto de 2009

Conozcamos más de...

Nuestros bosques (Parte III)

Región Forestal Monte

Esta región forestal cubre aproximadamente 47.380.125 hectáreas de la zona árida templada de la República Argentina y presenta una alta fragilidad debido a sus condiciones climáticas. Su territorio abarca sectores de doce provincias y de acuerdo a las características de las masas forestales nativas, puede dividirse en las subregiones Austral y Septentrional.
Ubicación
La región forestal del Monte abarca el sur de Salta, centro de Catamarca, La Rioja y San Juan, centro este de Mendoza, una pequeña franja del sudoeste de San Luis, oeste de La Pampa, sur de Buenos Aires, este de Neuquen, centro y norte de Río Negro y noroeste de Chubut. El Monte ocupa parte de las laderas de cerros y valles ubicados entre la Cordillera de los Andes y las Sierras Pampeanas. Al Este limita con el Parque Chaqueño y con el Espinal.
Clima
El Monte incluye zonas de clima árido y semiárido. En el Monte septentrional, al norte del Río Colorado, el clima es cálido y seco con precipitaciones concentradas en el período estival. En el Monte Austral, al sur de dicho río, el clima es seco y fresco con precipitaciones sin concentración estacional nítida.
Las precipitaciones medias anuales varían entre 100 y 400 milímetros con alta variación. Las temperaturas medias anuales rondan los 13° y 17.5° C, sin períodos libres de heladas. Hay vientos del oeste, que aumentan la temperatura y pierden la humedad a medida que desciende hacia el fondo del valle, como el Zonda –típico de San Juan-, y producen un efecto desecante sobre la vegetación.
Paisaje
Esta región ocupa, al norte del paralelo 27, valles y faldeos de las sierras vecinas. Hacia el sur se encuentran los “bolsones” y valles entre sierras. Los bolsones poseen distintas formas y pueden ser con desagüe insuficiente o sin él. Respecto de los ríos, pueden observarse ríos permanentes, que en general son alimentados por los deshielos; ríos intermitentes, que llevan agua en períodos lluviosos; ríos subterráneos, están formados por corrientes de agua superficial que después de un corto recorrido se hacen subterráneas. Estas existen en toda la región. Por último, hay ambientes en los que el agua subterránea corre muy cerca de la superficie y son aptos para agricultura sin riego y ganadería sedentaria.
Agua
Los Andes cumplen un rol fundamental en la dinámica hídrica de esta región, ya que alimentan continuamente las aguas superficiales y las cuencas subterráneas que se distribuyen en toda la región. Sin embargo, no se aprovecha este potencial hídrico ni para la actividad agrícola ni para generar energía.
Suelo
Los suelos predominantes mayoritariamente son pobres en materia orgánica. En casi toda la región existen procesos de erosión hídrica y eólica, debido a la pendiente, el régimen de lluvias y el uso de los recursos naturales. Especialmente en Catamarca los valles y los bolsones son las áreas más degradadas como consecuencia de las explotaciones forestales masivas que se realizan desde hace 300 años.
Vegetación
Predomina la estepa arbustiva de jarilla con abundante suelo desnudo. Estas comunidades alternan con bosques de algarrobos y de sauces a la vera de los ríos. El jarillal existe en los suelos arenosos y la estepa espinosa en los suelos gruesos. Ambos tienen las mismas especies principales pero en diferentes proporciones. El Jarillal es una asociación dominada por arbustos del género Larrea (Larrea cunneifolia, L. divaricada, L. nítida, L. ameghino).
En las zonas de buena irrigación crecen los algarrobales, que a diferencia de los del Parque Chaqueño y los del Espinal están algo empobrecidos en número de especies. Los bosques de algarrobo más extensos se hallan en el Noroeste, Salta, Catamarca y Tucumán, especialmente en los Valles Calchaquíes.
Algunas especies arbóreas predominantes
Tintitaco Prosopis torquata
Montenegro Boungavillea spinosa
Algarrobo Blanco Prosopis alba
Puspus Zuccagnia punctata
Pichana Senna aphylla
Alpataco Prosopis alpataco
Chañar Geoffroea decorticans
Sauce Criollo Salix humboldtiana
Algarrobo dulce Prosopis flexuosa
Brea Cercidium praecox subsp glaucum
Mata Sebo Monttea aphylla
Pata de Loro Monttea aphylla
Pichanilla. Senna aphylla
Retamo Bulnesia retama
Chilladora Chuquiraga aurea
Fauna
La fauna de la región se caracteriza por su adaptación al ambiente árido. Entre los mamíferos, la mayoría de las especies tienen una distribución más amplia hacia otras regiones circundantes. Por ejemplo, hay algunas especies también extendidas por la región de los Bosques Andino Patagónicos, como es el caso del guanaco (Lama guanicoe), la mara o liebre criolla (Dolichotis patagonum), el cuis chico (Microcavia australis), los chinchillones (Lagidium sp.), el huroncito (Lyncodon sp.) y el pichi patagónico (Zaedyus pichi). Algunos son propios del Monte, como el pichiciego o antiquirquincho (Chlamyphorustruncatus) y el zorro gris chico (Dusicyos griseus).
Entre las aves, se encuentran el gallito arena (Teledromas fuscus), la corredora (Teledromas fuscus), algunas razas de copetonas como la Eudromia elegans, la monterita canela o ladrillito (Poospiza ornata), el halconcito gris (Spiziapteryx circumcinctus), el loro barranquero (Cyanoliseus patagonus), el ñandú (Rhea americana), entre otras.
Habitan varias especies de reptiles, como el lagarto o iguana colorada (Tupinambis rufescens), la largartija (Liolaemussp.); y de ofidios (culebras y víboras) como la falsa yarará (Pseudotomodon trigonatus), la víbora cascabel (Crotalus durissus) y la boa de las vizcacheras (Constrictor constrictor) y de tortugas, como la terrestre argentina (Geochelone chilensis).
La fauna ha sufrido una fuerte degradación debido a la caza indiscriminada, sobre todo de vertebrados ya sea por su piel o por considerarlos dañinos, y por la destrucción de su hábitat por sobrepastoreo, incendios, talas, actividad petrolera o minera, entre otros factores. Su situación general es la de retracción tanto en número de especies como en la riqueza de sus poblaciones. Ejemplo de ello es la disminución numérica de las aves de tamaño mediano (aves de caza), o de las pequeñas para cautiverio (jilgueros, zorzales, diucas, entre otras) ya sea por la cacería incontrolada o la modificación de sus hábitats. En igual medida la merma de rapaces, especialmente águilas, aguiluchos y gavilanes y la disminución progresiva del ñandú petiso o choique (Pterocnemia pennata) que afronta una persecución cada vez mayor. Entre los mamíferos, el guanaco monteses (Lama guanicoe) ha sido erradicado totalmente de las llanuras, el zorro gris (Dusycyon griseus) y los zorrinos o chiñes (Conepatus castaneu) son especialmente perseguidos por su piel a pesar de legislaciones vigentes; los gatos del pajonal (Felis colocolo) pueden darse por desaparecidos. Igual destino les espera a los edentados de los cuales el peludo grande (Chaetophractusvellosus) y el mataco (Tolypeutes mataco) están casi exterminados. Tal vez el que más ha sufrido el impacto de los cambios es el pichiciego.

Región Forestal Espinal

Esta extensa región de aproximadamente 33.001.934 hectáreas ocupa parte del territorio de siete provincias argentinas, desde los 28° hasta los 40° de latitud Sur. Se subdivide en tres subregiones: del ñandubay, del algarrobo y del caldén.
Ubicación
La región Espinal dibuja un gran arco al sur del Parque Chaqueño, parte del Pastizal Pampeano y abarca áreas de las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Luis, La Pampa y Buenos Aires.
Clima
La zona presenta una gran variedad climática. Las temperaturas medias anuales rondan los 21,5° C en el norte y 14,5° C en el sur. En toda la zona hay heladas. Las precipitaciones van desde 1500 mm en el NE hasta 400 mm anuales en el SO, y se distribuyen entre primavera y verano. Las nevadas son poco frecuentes pero no así el granizo que ocasiona graves daños a los sembrados. Los vientos provienen de la zona cuyana provocando un efecto desecante.
Paisaje
El relieve de esta región está caracterizado por llanuras y serranías bajas, con notas más específicas en las provincias de Corrientes –lomas y planicies en el oeste; la depresión inundable del Iberá; la planicie de erosión oriental y la planicie aluvial del Paraná- y Entre Ríos con anchas lomadas, cuchillas surcadas por ríos. La llanura santafecina es más homogénea y en Córdoba se distinguen estribaciones de las sierras surcadas por arroyos que descienden al relieve llano.
Agua
La disponibilidad de agua es abundante. Los ríos más importantes el Paraná y el Uruguay se complementan con abundantes lluvias. Asimismo, hay aporte de ríos menores y arroyos junto con reservorios artificiales construidos en campos para el cultivo de arroz. La calidad del agua depende de la forestación y se ve favorecida por ella en la medida en que los suelos forestales tienen una gran capacidad de absorción - 50 veces más que los suelos agrícolas- y enriquecen las aguas del subsuelo.
Suelo
El suelo es predominantemente arenoso en Corrientes y en la costa del Río Uruguay en Entre Ríos. En el centro de esta provincia los suelos son negro arcillosos y limoarcillosos, negros arcillosos. En Córdoba, los suelos son variados, con zonas de suelos castaños bien desarrollados, arenosos al sudoeste y arenoarcillosos al sureste. La Pampa presentra suelos desarrollados en condiciones de aridez con textura arenosa y francoarenosa. Históricamente, la producción agropecuaria ha sido irregular con un manejo inadecuado respecto de la conservación del suelo.
La erosión hídrica provoca cárcavas y zanjones, mientras que las inundaciones alteran los componentes químicos del suelo.
Vegetación
La vegetación característica son los bosques xerófilos con predominio de especies del género Prosopis y otras especies del Parque Chaqueño pero sin quebracho colorado. Es un bosque con árboles de menos de diez metros de altura, arbustos y hierbas, que alternan con palmares, sabanas y estepas gramíneas.
Según la especie arbórea dominante se distinguen las 3 subregiones: más al norte la del ñandubay, en el centro la del algarrobo y al sur la del caldén. Los “caldenales” típicos de San Luis y La Pampa representaron montes ricos en medio de la aridez de la zona. En la actualidad se han reducido por la sobreexplotación.
Algunas especies arbóreas representativas
Ñandubay Prosopis affinins
Algarrobo negro Prosopis nigra
Algarrobo Blanco Prosopis alba
Caldén Prosopis caldenia
Tala Celtis tala
Chañar Geoffroea decortican
Quebracho Blanco Aspidosperma quebracho blanco
Molle/incienso Schinis longifolius
Espinillo Acacia caven
Ceibo Erytrina Cristagalli
Sombra de Toro Jodina rhombifolia
Chal Chal Allophylus edulis
Arbustos:
Piquillín Condalia microphylla
Atamisque Capparis atamisquea
Alpataco Prosopis alpataco
Palmeras:
Caranday Copernicia alba
Yatay Syagrus yatay
Palma Trithrinax campestres
Fauna
Caracterizar la fauna del Espinal no resulta simple ya que las especies que la integran se encuentran presentes en otras regiones y su presencia responde a distintos paisajes. La fauna autóctona no es abundante, aunque sí variada, sobre todo en herbívoros.
Las especies de mamíferos que se encuentran en la región son: la vizcacha (Lagostomus maximus), el carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris), el lobito de río (Lutra platensis) y la nutria (Myocastor coypus), el venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus celer), el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), el tatú piche (Cabassous chacoensis), el quirquincho chico (Chaetophraectus vellerosus pannosus), el quirquincho grande o peludo (Chaetophractus villosus), la mulita pampeana (Dasypus hybridus), el tatú carreta (Priodontes maximus); el quirquincho bola (Tolypeutes matacus), el pichillorón (Chaetophractus vellerosus), el oso hormiguero (Myrmecophaga tridactyla tridactyla), el oso melero (Tamanduá tetradactyla Kriegi), el puma o león americano (Puma concolor acrodia), el gato montés (Oncifelis geofrroyi paraguae) y el zorrino (Canepatus castaneus) y también el zorro gris pampeano (Dusicyon gymnocercus).
También deben mencionarse los yacarés (Caimán spp.) y el ñandú (Rhea americana) que se encuentra muy difundido
A estas especies propias de la región se deben agregar las aves, cuya presencia es relativa debido a la caza ilegal.
Evidenciando los cambios producidos en el ecosistema, la fauna de La Pampa está representada básicamente por dos especies exóticas: el ciervo colorado y el jabalí, ingresadas a principios del siglo con destino a la actual Reserva Provincial de Parque Luro, desde donde se expandieron. También la liebre europea que, aunque predomina en la zona oriental, se ha difundido hacia el oeste.
La persecución ha sido intensa desde el principio de los asentamientos productivos de fines del siglo pasado. Tal como ocurre con los recursos forestales, la fauna también está seriamente afectada. La diversidad se ve comprometida por el cambio de hábitat que albergaba una fauna variada. El empobrecimiento de su composición es notorio. La eliminación del bosque desprotege a la población faunística provocando la migración de algunas especies a otros territorios mientras que otras pueden verse amenazadas de extinción.
Otro factor a tener en cuenta, además de la caza desmedida, es el efecto del fuego que provoca la huida y mortandad de animales. Legislaciones provinciales reglamentan períodos de caza y veda para ciertas especies, pero la caza furtiva de especies con valor comercial tanto por su aprovechamiento como para su comercialización al exterior afecta la diversidad.

Región Bosque Andino Patagónico
La región forestal constituye una de las últimas reservas mundiales de bosques templados con poca alteración antrópica y valiosa diversidad vegetal y animal con una extensión de aproximadamente 6.446.523 hectáreas. Tanto el Alerce como la Araucaria o Pehuén son árboles que han resistido intensos procesos ambientales y culturales.
Puede apreciarse también un significativo patrimonio cultural, histórico y educativo. Se reconocen en ella cinco subregiones: Bosque Caducifolio, Magallánico, Valdiviano, y del Pehuén.
Ubicación
Se extiende en dirección norte-sur por 2200 kilómetros, desde el sur de Mendoza hasta el extremo continental sur de Santa Cruz y Tierra del Fuego. En sentido este-oeste constituye una angosta faja que tiene un ancho de 75 kilómetros en Neuquen y es nula en algunos lugares de Chubut y Santa Cruz.
Clima
El clima es templado-frío, variando desde frío húmedo en las cordilleras patagónica y fueguina a frío subhúmedo en la región magallánica y frío nival aún más al sur.
El clima es variado debido a las diferencias de altitud, latitud y la heterogeneidad del relieve. Las temperaturas disminuyen de norte a sur, con medias entre 9,5°C y 5,4°C.
Las montañas funcionan como barreras naturales a los vientos húmedos del Pacífico y regulan la temperatura y humedad, permitiendo el desarrollo de los bosques.
El régimen de precipitaciones es invernal, con estación seca de primavera/verano, especialmente en el este. Las nevadas son la característica distintiva.
El archipiélago fueguino está dominado por vientos fríos del oeste, lluvias frecuentes durante casi todo el año.
Paisaje
El sello de la región es otorgado por la Cordillera de los Andes. Cadena producida por la elevación de la corteza terrestre a fines del período terciario. Comprende la Cordillera Neuquina, Cordillera Patagónica Austral y Cordillera Fueguina.
En la Cordillera Neuquina se destacan los volcanes Tronador y Lanin de 3554 m y 3776 m de altura, respectivamente. La Cordillera Patagónica Austral se extiende desde el Lago Nahuel Huapi hasta el Estrecho de Magallanes (entre 600 y 3000 metros) y valles intermontanos. En la Cordillera Fueguina el relieve es abrupto, salvo en los fondos de valle. La actividad de los volcanes arroja sedimentos a los suelos que hoy son fértiles.
La hidrografía de la región está ligada a la acción de los glaciares que alimenta a los lagos cordilleranos. Los ríos que provienen del Atlántico están regulados por los deshielos. Los más destacables son los ríos Limay, Collón Curá y Neuquen, Chubut, Deseado, Santa Cruz, Coyle, Gallegos, Grande y Azopardo. Del lado del Pacífico encontramos las cuencas del Lago Lacar y Buenos Aires y los ríos Puelo y Futaleufú.
Agua
Los lagos de esta región soportan la amenaza de construcción de proyectos hidroeléctricos, ya que el balance hídrico de toda la Patagonia depende del sector cordillerano porque es allí donde ocurren las más importantes precipitaciones. Hay problemas de contaminación en la región debido al incremento demográfico urbano y al uso turístico deportivo creciente de los cuerpos de agua.
Suelo
En el sector norte los suelos poseen materiales de origen volcánico, que retienen la humedad y permiten a la vegetación soportar los períodos de sequía. Las altas cumbres presentan hielos perpetuos dónde sólo pueden crecer musgos y líquenes tundráticos.
Hacia el este y a menores altitudes, se encuentran suelos pardos forestales con alta capacidad de retención hídrica y buena aireación. Ocupan los faldeos con bosques densos donde abundan los lengales y los prados andinos. A menor altura, en la misma dirección este, los suelos son similares a los anteriores pero menos ácidos, En el límite con la estepa, predominan los areno-pedregosos, muy permeables y menos ácidos.
El segundo tramo –sudoeste de Chubut y Santa Cruz- predominan materiales de origen volcánico y de deshielo. En Tierra del Fuego, los suelos son de origen glaciar. En toda
la región se ha detectado aumento de la erosión, desestabilización de laderas y taludes, aumento de la temperatura del suelo, modificación de la estructura y pérdida de nutrientes
Vegetación
Predomina la vegetación arbórea, existiendo también praderas, vegas y en el extremo sur, turberas. Asimismo, coronando la Cordillera existen arbustos achaparrados y gramíneas ralas.
Casi la mitad de la región está cubierta por bosques espontáneos, el resto se corresponde a alta montaña, valles con pastizales, claros naturales o de origen antrópico. Dentro del grupo bosques, sólo 20 son arbóreos y el 90% de la superficie ocupada por éstos, corresponde a “falsas hayas del sur”. Hay 300 especies exóticas introducidas como la rosa mosqueta y la zarzamora que se comportan como invasoras.
El bosque caducifolio, corresponde al borde oriental de la región desde Neuquén hasta Tierra del Fuego, se caracteriza por la presencia de lenga, ñire, ciprés de la cordillera y acompañan el radal, el raulí y el roble pellín.
El bosque magallánico, corresponde al extremo occidental de Santa Cruz y sur de Tierra del Fuego, donde predominan la lenga y el guindo.
El bosque valdiviano, corresponde a una franja discontinua de zonas húmedas en la cordillera de Chubut, Río Negro y Neuquén. En estos bosques la especie característica es el coihue, asociado al alerce, el ciprés de las guaytecas, el maniú macho, el maniú hermbra, el canelo, el notro y el arrayán.
Los bosques del Pehuén en el centro oeste de Neuquén, como dice su nombre son bosques abiertos de esta especie.
El Pehuén, el alerce y el ciprés de la guaytecas son especies protegidas Hay plantaciones de especies exóticas, algunas de las cuales como el pino oregón (Pseudotsuga menziesii) de alta agresividad invasiva.
Algunas especies arbóreas representativas
Lenga Nothofagus pumilio
Ñire Nothofagus antarctica
Coihue Nothofagus dombeyi
Raulí Nothofagus alpina
Roble Pellín Nothofagus obliqua
Guindo Magallánico Nothofagus betuloides
Pehuén o araucaria Araucaria araucana
Ciprés de la cordillera Austrocedrus chilensis
Alerce Fitzroya cupressoides
Arrayán Luma apiculata
Maniú macho Podocarpus nubigenus
Mañiu hembra Saxegothaea conspicua
Radal Lomatia hirsuta
Canelo Drymis winteri
Ciprés de las Guaytecas Pilgerodendro n uviferum
Maitén Maytenus boaria
Notro Embothrium coccineum
Avellano Genuina avellana
Fauna
La región del Bosque Andino Patagónico se destaca por la gran variedad y riqueza de su fauna autóctona.
Entre los mamíferos terrestres autóctonos encontramos el coipo (Myocastor coipus), el chinchillón común (Lagidium viscacia), el gato montés (Felis geoffroyi), el huemul (Hippocamelus bisulcus), el huillín (Lontra provocas), el moloso común (Taradita brasiliensis), el pudu o venadito (Pudu puda), el puma (Felis concolor), el zorro colorado (Pseudalopex culpaeus), el zorrino (Conepatus humboldtii), la mara (Dolichotis patagonum), el guanaco (Lama guanicoe) y una amplia variedad de roedores como el tuco-tuco (Ctenomys spp.), el colilargo fueguino (Oligorizomys magellanicus), el ratón topo pardo (Geaxus valdivanus), el ratón de hocico amarillo (Abrothrix xanthorhinues), el ratón peludo castaño (Eligmodontia typus) y el ratón conejo (Reithrodon auritus). La dieta básica de estos últimos se compone de corteza de los árboles, del tapiz vegetal y del follaje.
Las aves autóctonas están representadas por águila mora (Geranoaetus melanoleucus), halconcito común (Falco sparverius), aguilucho cola rojiza, aguilucho chico, bandurria (Theristicus caudatus), carpintero negro gigante Campephilus magellanicus), el cisne de cuello negro (Cygnus melancoryphus), cauquén caranca (Chloëphaga hybrida), cauquén común (Ch. picta), comesebo patagónico (Pygarrhichas albogularis), cóndor (Vultur gryphus), golondrina patagónica (Tachycineta leucopyja), lechuza bataraza (Strix rufipes), pato de torrente (Merganetta armata), picaflor rubí (Sephanoides galeritus), pitio (Colapses pitius), entre otras.
Existen varios anfibios como el sapo del bosque (Bufo spinolosus) y las ranitas de cuatro ojos (Pleuroderma bufonina y P. bibroni), la ranita marsupial (Rhinoderma darwinii) y reptiles como lagartijas del género Liolaemus sp. y una sola culebra (Tachymenis peruviana).
En los lagos abundan los peces autóctonos como el bagre aterciopelado (Diplomystes viedmensis), el pejerrey patagónico (Basilichtys microlepidotus) y la trucha criolla (Percychthys sp.), entre otros.
La introducción de fauna exótica, voluntaria o casual, ha sido un factor importante de alteración del ecosistema, en particular de la vegetación. El ciervo rojo (Cervus elaphus) y en menor medida los ciervos axis (Axis axis) y dama (Dama dama), en las zonas con alta concentración de sus poblaciones, infringen daños fuertes a la vegetación, así como el castor (Castor candensis) hace lo propio en Tierra del Fuego. En los ríos también se han introducido peces exóticos como la trucha arco iris (Salmo gairdnerii) y la trucha marrón (S. fario).
La deforestación de bosques nativos, la forestación con especies exóticas, la cría de ganado doméstico, la introducción de fauna exótica, la caza y pesca furtiva y la contaminación de suelos, cauces de agua y represas han modificado o destruido el hábitat y han hecho desaparecer especies y puesto a otras en peligro de extinción.


Bibliografía:
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