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martes, 22 de julio de 2008

Tráfico ilegal de especies.


Soné que era pájaro
y que cortabas mis alas...




Cada año, el tráfico ilegal de especies, hoy en día considerado el tercer negocio más rentable después de las armas y las drogas, mueve millones de dólares en el mundo.


¿Sabe Ud. cuántos animales mueren durante el proceso de captura, traslado y comercialización para que pueda gozar de tener un loro hablador en su casa?
De todos los animales capturados, entre el 60 y el 80 % muere debido a las formas de captura, al estrés provocado por hacinamiento, muerte por sed o hambre, mutilación, a las formas de traslado (ej: envueltos en nylon, encerrados en cajas o baúles) y a que muchas veces se los droga. Otros tantos mueren por falta de cuidados adecuados, ya que a pesar de la buena voluntad de quienes puedan adquirirlos, los animales no domésticos necesitan de cuidados muy específicos La pregunta es: ¿vale la pena tanto maltrato?
La extracción ilegal de animales de su hábitat para su posterior comercialización, es depredación, y sus alcances negativos incontables


¿Y qué pasa con aquellos animales exóticos que son abandonados?
Pasan a formar parte de los casos de introducción de especies foráneas, las cuales, por falta de sus predadores naturales o de competencia tienen grandes posibilidades de provocar desequilibrios ecológicos.



Tampoco podemos dejar de considerar que muchas de estas exóticas mascotas, son transmisoras de enfermedades como la psitacosis de los loros, las salmonelosis de las tortugas de tierra o la tuberculosis de los monos, por dar sólo algunos ejemplos.


¿De quién es la culpa?
Por lo general se cree que el único culpable es el “traficante”, pero también están los cazadores, los intermediarios y el público consumidor, que ya sea por falta de conocimiento, de conciencia o de conducta ética, terminan participando de una actividad ilegal. A pesar de todo esto, no podemos dejar de considerar –aunque sin justificarlo- que muchos de quienes cazan, lo hacen por una cuestión de necesidad: cazar (legal o ilegalmente) y comer, o no. De esta manera, mientras haya políticas que no consideren estas necesidades socio-económicas, la defensa de los recursos naturales seguirá siendo difícil…






Según la versión de 2007 de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Mundial para la Naturaleza – UICN, nuestro país tiene 1684 especies dentro de la lista distribuidas en sus diferentes categorías. De estas, 194 se encuentran en estado de “amenazadas de extinción”, de las cuales: 42 son plantas, 29 son mamíferos, 49 son aves, 5 son reptiles, 29 son anfibios, 26 son Chondrichthyes (tiburones) y 14 pertenecen a especies de otros grupos animales.


Pero, ¿Qué causa la extinción?
Entre las causas más conocidas por todos, están la destrucción de los hábitats, el cambio climático, el uso no sustentable, etc, etc. Sin embargo, lo que mucha gente desconoce es que el mascotismo, también es una de las causas de la desaparición de las especies. El término mascotismo engloba a la demanda de mascotas o animales de compañía no tradicionales. Esto implica que muchos de esos animales fueron extraídos ilegalmente de la naturaleza: otra vez, el tráfico ilegal de especies.



¿Qué significa extinción?
La extinción de especies significa que se pierde la herencia que durante millones de años de evolución creó la naturaleza.
Según estimaciones recientes, se pierden alrededor 20 especies por día. Si tenemos en cuenta que muchas de ellas son todavía desconocidas para el hombre, la pérdida se vuelve todavía más inestimable.
Para las generaciones futuras, esto implica perder un sinnúmero de beneficios conocidos y por conocer además de la posibilidad de disfrutar de ver a estas especies.
Argentina no está exenta.


La lista de animales extintos por la acción del hombre es larga, pero para dar ejemplos, citaremos dos: el zorro malvinero, extinto debido a la cacería con fines peleteros y el guacamayo violáceo (nordeste de Argentina) extinto debido a la caza con fines alimenticios y a la desaparición de sus sitios de anidamiento.





¿Qué se puede hacer?
Una de las herramientas con las que contamos para detener el tráfico ilegal, es la información. Empezar sabiendo qué está prohibido y qué no, puede ayudar para que quien está por adquirir un animalito o una planta, sepa si está permitido o no y a partir de allí, actuar concientemente y a consecuencia.
Según la Fundación Vida Silvestre, el comercio legal se encuentra focalizado en diferentes tipos de especies:
a) las muy abundantes: comadreja overa, nutria o vizcacha (pieles) y las iguanas (cueros);
b) las declaradas plaga o perjudiciales: loro choclero y de los palos, cotorra común, palomas torcazas, varilleros y tordos renegridos (vivos), zorros colorado y gris patagónico (pieles);
c) exóticas o introducidas: verderón y jilguero español (vivos) y visón, liebre y castor (pieles);
d) criadas en cautiverio o domésticas: canarios, cotorritas australianas, manones, calafates, peces de acuario, perros, gatos, hamsters, cobayos, ratas de laboratorio, etc (vivos) y zorros plateados y de Groenlandia, chinchillas, coypos, etc (pieles);
e) Importados legalmente: diamantes mandarines, cocotillas, degollados, mirlo maina, obispos, ruiseñores de Japón.



Entre las especies permitidas la Fundación cita:
Vivas: peces criados en acuario, axolotes, ranas-toro, canarios, hamsters, perros, gatos, cotorras australianas, manones, calafates, diamantes, cotorras comunes, loros de los palos y chocleros, cuises, ratones de campo, tucu-tucos, palomas torcazas, cenicientas y domésticas, etc.
Cueros y pieles: iguana, comadreja, zorros colorado y patagónico, nutrias vizcacha, visón, castor, chinchilla, zorro de Groenlandia, plateado y cualquier variedad de criadero (todos los productos de estas especies deben tener estampillado del gobierno)
Especies prohibidas:
Vivas: ranas, sapos, tortugas (terrestres y acuáticas), yacarés, boas, culebras, jilgueros, mixtos, cabecitas negras, dominós o paraguayitos, pepiteros, pechos colorados, reyes del bosque, reinas moras, siete colores, cardenales (copete rojo, amarillos, azules), brasitas de fuego, urracas, cardenalitos de la sierra, tucanes, papagayos, halcones, lechuzas, gatos monteses, zorros y monos y otras especies autóctonas.
Cueros y pieles: carpincho, yacarés, boas, ñandú, pecaríes, felinos, zorro pampeano y de monte, zorrinos, lobito de río, guanacos, etc.



Lo importante es recordar que uno siempre tiene la opción de no comprar, y así, no fomentar ni la cacería, ni la comercialización, ni la extinción.


SEAMOS RESPONSABLES.








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